Pasada la medianoche le dimos la bienvenida al ahuehuete al que nombramos “El Guardian de las y los desaparecidos”. Por la mañana, al llegar a la Glorieta de las y los Desaparecidos nos encontramos con un fuerte dispositivo de seguridad que impedía el ingreso a nuestro espacio de memoria, el cual finalmente logramos atravesar para comenzar a colocar nuevamente las fotografías de nuestros seres queridos desaparecidos, las cuales el Estado se ha empeñado en desaparecer.

La acción que realizamos consistió en poner un cerco con las fotografías de nuestros seres queridos, como forma de proteger al ahuehuete, el cual observamos parcialmente seco y maltratado. Situación que nos preocupa y por ello haremos lo posible por cuidarlo. Porque un día colgaran de él las fotografías de nuestros familiares que han sido desaparecidos. Hacemos un llamado a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México para que también extreme precauciones en su cuidado.

Como resultado de las consignas realizadas a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, esta se acercó y escuchó nuestras exigencias. Haciendo un compromiso por establecer (entre el 6 y el 12 de junio) una mesa de diálogo en una sede neutral. Sin embargo, también obtuvimos la negativa para reconocer la exigencia de las familias de personas desaparecidas, a quienes nos sigue minimizando e intentando poner a consulta nuestros derechos.

Le recordamos al gobierno de la Ciudad de México y a todos los gobiernos en México, que somos familias de más de cien mil personas que han sido desaparecidas. Familias que no hemos logrado que el Estado nos regrese a nuestros familiares que fueron desaparecidos. Les recordamos que las desapariciones no son una tragedia del pasado como quieren hacer creer, es una problemática del presente que el Estado a tolerado. Las y los desaparecidos son del Estado y encontrarles y regresarles a sus hogares es su responsabilidad.

La Glorieta de las y los desaparecidos es el lugar en el que cada familia puede poner la fotografía de sus seres queridos desaparecidos. Seguirá siendo un espacio de espera y de memoria contra la desaparición. Un sitio que incomode hasta el punto de lograr que Estado busque a las más de cien mil personas desaparecidas, que deje de cometer y tolerar las desapariciones. La negativa del Estado a reconocer nuestra glorieta no será impedimento para que sigamos haciendo memoria, la Glorieta es nuestra y no está a negociación.

Hacemos un llamado a la sociedad para que respete nuestro espacio, a otras familias para que también se apropien del sitio y al gobierno de la Ciudad de México a superar la cerrazón y tener la valentía de reconocer la lucha social de las familias de personas desaparecidas. Les recordamos que en una ciudad, un estado y un país no puede existir una trasformación si hay personas desaparecidas.