El proyecto

Al momento de escribir este texto, a finales de mayo de 2022, de acuerdo con las cifras oficiales el número de personas desaparecidas en México ha superado los 100,000 personas. El 30 por ciento han ocurrido a partir de 2018, durante el período de gobierno actual.

A partir de la década de 1980 -desde el inicio de su trabajo internacional-, la Fundación Heinrich Böll ha acompañado los procesos de memoria que se desarrollaron después de las dictaduras militares en América Latina. En México, en los años recientes ha intensificado su trabajo sobre desapariciones forzadas y las iniciativas de memoria de estas y otras atrocidades, casi siempre impunes.

En reuniones con colectivos de familiares de víctimas, académicas y académicos, artistas y organizaciones de la sociedad civil que trabajan temas y causas de la memoria, percibimos que muchas de estas iniciativas no se conocían entre sí. Así surgió la idea de crear un espacio en dónde estos trabajos de memoria podrían encontrarse; un espacio vivo donde se puedan visitar los lugares que estas iniciativas han transformado, por medio de fotos, videos y textos; un espacio que permita intercambio, aprendizaje, inspiración.

Sin abandonar el sueño que algún día se pudiera tener un espacio físico de esta memoria, en aquel momento crear un sitio web accesible a todas y todos, incluso personas fuera de México, parecía la forma más adecuada para juntar las “Experiencias para la memoria”.

En un proceso intenso, colectivo, en contacto constante con colectivas, académicas, periodistas y artistas, este espacio fue creciendo en concepto y forma. Junto a nuestro grupo asesor de expertas y expertos[1] elaboramos una base teórica y conceptual que nos ha orientado en un tema que es campo de disputas de narrativas, particular –pero no exclusivamente- entre el Estado y los familiares de las víctimas.

La historia alemana del siglo XX ha estado marcada por atrocidades y violaciones de derechos humanos en escalas casi inimaginables. Después del fin de la Segunda Guerra Mundial y del Tercer Reich, sociedad y Estado en Alemania se han empeñado en encontrar caminos y formas adecuadas de memoria de la Shoah – el exterminio de los judíos – y de las otras atrocidades. El “Nunca Más” alemán es parte del consenso fundacional y la narrativa del Partido Verde alemán y de la Fundación.En este contexto, y a la sombra del terrible aumento de la violencia en México después de 2006 -en particular de las desapariciones forzadas-, que la Fundación Heinrich Böll comienza a apoyar colectivos y organizaciones que se dedican a la justicia y la memoria.

Experiencias para la memoria apuesta a ser una imagen en movimiento de las iniciativas relacionadas con la memoria en México. Desde el principio, el trabajo se desarrolló de la mano de los propios colectivos. No lo concebimos solamente como un sitio web, sino como un espacio en el que sea posible interactuar, un espacio dinámico, no libre de confrontaciones ni contradicciones, en el que se puedan encontrar las diferentes visiones de aquellas personas que construyen memoria en México. Lo entendemos como un proyecto colectivo, un espacio para ser intervenido y apropiado.

Es importante reconocer que la memoria surge de múltiples relatos, mismos que pueden ser contradictorios, en una labor inestable que se presta a la polémica. Nos centramos en las personas y grupos que son fuentes de la memoria, y no exclusivamente en el canon académico (y mucho menos en las propuestas de memoriales estatales) para definir qué es la memoria o, mejor dicho, las memorias; esto es, emprender la búsqueda de una definición en el campo de la lucha política, esa que comprende la lucha por una verdad social.

Así, nos centramos en los relatos que rompen la hegemonía de La Historia, con mayúsculas, para dar paso a las historias de aquellas personas que han sido parte de los agravios históricos que se han cometido en el país. Comprendemos el reto que significa tratar de mostrar el campo de las memorias en México, pero consideramos fundamental apostarle a mostrar algo de la realidad y sus complejidades.

El proceso colectivo en el que se dieron estas reflexiones nos llevó también a preguntarnos ¿Cómo conjuntar las iniciativas de memoria? ¿Qué periodo habría que cubrir? ¿Qué formas de violencia consideramos -sólo la violencia del Estado o también la generada por particulares-? ¿Qué formato sería el mejor? Las respuestas a estas preguntas no fueron sencillas, y seguramente serán sometidas a cambios en el tiempo. La complejidad del trabajo de memoria es reflejo de la complejidad de los procesos sociales y políticos, que son lo contrario a la linealidad y la ausencia de conflicto. Esperamos que este proyecto refleje la riqueza de visiones que le dio origen.


[1] Anne Huffschmid
Alexandra Délano
Alejandro Vélez
Ileana Diéguez
Paula Mónaco Felipe
Alicia de los Ríos